lunes, 22 de marzo de 2021


 Esta planta de hierbabuena tiene una bonita historia que se remonta a treinta años atrás.

Un día, me dio por visitar los barrios de mi niñez, por si seguían en pie las casas en las que vivieron mis abuelos y, en las que yo pasaba largas temporadas. Así llegué a las puertas de un patio, que en mi recuerdo era grande, misterioso, con unas escaleras que llevaban a ninguna parte y un pozo, con poca hondura, en el que se cayó mi hermano mayor y del que le liberaron mi madre y mi tía, ayudadas por la abuela Eloísa. Pero como este asunto da para otra historia, lo dejamos en este punto y seguimos con la que hoy nos ocupa. 

Entré en el patio sin puerta, igual que antaño y saludé a una vecina que tendía ropa. Me presenté, contándole mis recuerdos y, al mirar hacia el rincón en el que estaba la casa de mi abuela, vi que seguía allí la mata de hierbabuena, tal como la recordaba. De niña, me gustaba arrancar una hoja y llevarla pegada a la nariz. Le pedí a la buena mujer una rama de la planta olorosa y fue generosa al entregarme un ramillete con raíces. 

Al llegar a casa, las planté en el jardín y esas ramitas, en dos años, ocupaban más de dos metros de jardín, hasta el dormitorio entraba el olor a hierbabuena, incluso, me aficioné a usarla también para cocinar.  

Pasaron quince años o más y, ya viuda, cambié de casa, a otra también con jardín y allí se fue conmigo unas ramas de la planta familiar. Y de nuevo creció y se multiplicó. Cuando cambié la casa por un apartamento, regalé hortensias, tulipanes y otras flores a mis amigos, pero la hierbabuena se fue a la terraza de mi hijo mediano, también unas ramitas y ahí le costó más crecer pero aguantó lo suficiente para que al cabo de un tiempo, ya instalada y con tiestos en mi nuevo hogar, le pidiera una ramita, a ver si se adaptaba. Y se adaptó en unos meses, hasta que llegó Filomena y arrasó con toda las plantas que había en la terraza, salvo con una preciosa azucena que está floreciendo, y ya lo veis, con mi planta querida. Mirad que buena pinta muestra, pese al frío que ha hecho estos días. En ella está el espíritu de los que amé y se fueron yendo. Seguro que está conmigo hasta el final. 

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