lunes, 29 de marzo de 2021

Semana Santa diferente


 Una vez asumido que ni playa ni viajes fuera de la Comunidad de Madrid toca este año en Semana Santa, disfruto de un excelente almuerzo, de sábado compartido con amigas afines, y divido el tiempo libre entre lectura, caminata en grupo y momentos de reflexión. 

Sin buscarlo, pero sabiéndome necesitada de empuje espiritual, viene en mi ayuda una frase de Mariam Williams que transmite sabiduría, fe y paz. Dice así: "Nacemos para manifestar la voluntad de Dios y su gloria, que habita en nosotros, no solo en unos pocos, si no en todos nosotros". Y me sentí reconfortada.   

El éxito es para los que confían en sí mismos

Antes de tomarme unos días de descanso, quiero anunciaron una sorpresa para mediados de abril. Un trabajo que he llevado a cabo gracias a la ayuda y colaboración de mis compañeros, y que espero os guste tanto como a nosotros nos ha satisfecho verlo convertido en realidad. Y por hoy, ahí lo dejo.

Atribuyen a Aristóteles la frase: "La felicidad es de los que se bastan a sí mismos". Le damos un nuevo giro y decimos: "El éxito es para los que confían en sí mismos".

De nada sirve mostrar una sonrisa aduladora, ni utilizar con los clientes un tono didáctico o empalagoso, que es el que nos sale, cuando pretendemos dar una imagen que no se corresponde con nuestra personalidad, y que por supuesto, el cliente detecta y rechaza.

El vendedor ha de ser, por encima de todo, él mismo en su mejor versión, y eso significa estar delante del cliente seguro, convencido de su habilidad, de su producto, de su trabajo, de su empresa, de sí mismo en todo momento y circunstancia. Cada día negro es una prueba de fortaleza que nos acerca a nuestros objetivos si somos capaces de convertirlo en el día luminoso que nos merecemos.
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lunes, 22 de marzo de 2021


 Esta planta de hierbabuena tiene una bonita historia que se remonta a treinta años atrás.

Un día, me dio por visitar los barrios de mi niñez, por si seguían en pie las casas en las que vivieron mis abuelos y, en las que yo pasaba largas temporadas. Así llegué a las puertas de un patio, que en mi recuerdo era grande, misterioso, con unas escaleras que llevaban a ninguna parte y un pozo, con poca hondura, en el que se cayó mi hermano mayor y del que le liberaron mi madre y mi tía, ayudadas por la abuela Eloísa. Pero como este asunto da para otra historia, lo dejamos en este punto y seguimos con la que hoy nos ocupa. 

Entré en el patio sin puerta, igual que antaño y saludé a una vecina que tendía ropa. Me presenté, contándole mis recuerdos y, al mirar hacia el rincón en el que estaba la casa de mi abuela, vi que seguía allí la mata de hierbabuena, tal como la recordaba. De niña, me gustaba arrancar una hoja y llevarla pegada a la nariz. Le pedí a la buena mujer una rama de la planta olorosa y fue generosa al entregarme un ramillete con raíces. 

Al llegar a casa, las planté en el jardín y esas ramitas, en dos años, ocupaban más de dos metros de jardín, hasta el dormitorio entraba el olor a hierbabuena, incluso, me aficioné a usarla también para cocinar.  

Pasaron quince años o más y, ya viuda, cambié de casa, a otra también con jardín y allí se fue conmigo unas ramas de la planta familiar. Y de nuevo creció y se multiplicó. Cuando cambié la casa por un apartamento, regalé hortensias, tulipanes y otras flores a mis amigos, pero la hierbabuena se fue a la terraza de mi hijo mediano, también unas ramitas y ahí le costó más crecer pero aguantó lo suficiente para que al cabo de un tiempo, ya instalada y con tiestos en mi nuevo hogar, le pidiera una ramita, a ver si se adaptaba. Y se adaptó en unos meses, hasta que llegó Filomena y arrasó con toda las plantas que había en la terraza, salvo con una preciosa azucena que está floreciendo, y ya lo veis, con mi planta querida. Mirad que buena pinta muestra, pese al frío que ha hecho estos días. En ella está el espíritu de los que amé y se fueron yendo. Seguro que está conmigo hasta el final. 

miércoles, 3 de marzo de 2021


 Así estaba mi terraza antes de que Filomena arrasara con todas las plantas.

Tomo una frase de "Mujeres de hojalata" que me gustó escribir. ¿Qué te parece?:

"Decía la bisa con ese dramatismo tan suyo, que la idea de la muerte de las personas que amamos se sobrelleva, lo insoportable es su ausencia". 

 

Decidí sentarme al lado del ilustre Juan Ramón Jiménez, a ver si me ayudaba a concretar las influencias que inciden en los motivo de compra de los clientes. En "No algo para vender", dedico un capítulo a este asunto pero es bueno repasarlo de vez en cuando.  El sexo del cliente, la edad, su educación su gusto, sus costumbre, la moda en cada caso, entre otros, imprimen carácter a los motivos de compra. Un niño obviamente desea cosas distintas a las que prefieren sus padres. Los amantes de la lectura buscan libros y pueden pasarse una tarde ojeando estantes en una librería,  mientras que los deportistas se pírrian por los artículos que les permiten realizar su afición con más soltura, seguridad, belleza. Hay mujeres que se gastarían medio sueldo en productos de estética y vestuario, mientras que otras prefieren un homenaje gastronómico y así sucesivamente. Uno se compra un automóvil porque desea disponer de un medio rápido y cómodo de transporte mientras que otra persona busca el modelo que le aporte status y diferenciación. Y ahí entra la pericia del vendedor excelente, en reconocer con rapidez y acierto, lo que debe ofrecer a cada cliente. Y no me queda otra que repetir mi frase preferida que se resume en: escuchar y preguntar. 

Y después de soltarle toda esta parrafada a mi compañero de banco, le di las gracias por escucharme sin interrumpirme una sola vez y con "saludos a Platero", me despedí hasta otro día. 


Cada persona tiene motivos de compra diferentes

lunes, 1 de marzo de 2021



Un vendedor que transmite tranquilidad, confianza y seguridad, siempre será bien recibido. El cliente necesita, de igual forma, asesoramiento y comprensión. Espera de su comercial que le resuelva dudas y le ofrezca posibilidades reales de crecimiento en su negocio. Quiere ser tratado como si fuera único, el mejor. De la habilidad del vendedor depende que se sienta satisfecho o defraudado al finalizar la visita. 




 Si en febrero hablamos de libros, en marzo lo haremos de mujeres.

Apoyo el feminismo que busca igualdad, en todos los campos, entre hombres y mujeres. Y porque creo en ello, he practicado esa igualdad en mi pequeña empresa familiar desde el 9 abril de 1985. Mi sector: peluquería y estética profesional, está regentado mayoritariamente por mujeres. Pequeñas empresarias que a veces sacan adelante el negocio ellas solas, echándole muchas horas y muchos sacrificios. En otros casos, apoyándose en equipos formados también por mujeres, con horarios de trabajo muy difíciles de compaginar con la vida familiar y en la mayoría de los casos, sin ayudas oficiales. Durante la pandemia, ha sido uno de los sectores más castigados y, por la tarea que realizan, tendrían que estar consideradas como grupo preferente a la hora de las vacunaciones, aunque trabajan con máximas medidas de seguridad, y esto lo afirmo porque lo veo cada día, el riesgo de que ellas sean contagiadas es alto. Ahí lo dejo.
Lo que quería escribir hoy es que las mujeres nos ganamos nuestros derechos con preparación, talento, entusiasmo, unión y mucho trabajo. Me parece una barbaridad que se hable de celebrarse una manifestación el 8M. Es un riesgo, una temeridad reunir a tantas personas en un acto simbólico del que se puede prescindir.
He dicho al principio que este mes estará dedicado a la mujer, y lo haré a través de las que yo conozco. Por eso, publico la foto de Isabel, que a sus 98 años, sigue realizando preciosos trabajos en punto de cruz. Me emocionó el audio que recibí despidiéndose hasta su siguiente visita a estas tierras. Su mente es tan lúcida como bonita su piel. Ella sigue acicalándose cada día y que no le falten sus cremas. Una vida sacrificada, dura, difícil, como la de tantas mujeres que tuvieron que sacar, ellas solas, a los hijos y ¡vaya si lo consiguieron! A todas ellas mi agradecimiento y admiración.
En otra fotografía están mis compañeros, mujeres y hombres con una meta común. Mejorar nuestra atención al cliente cada día.
Y con la foto de mis abuelos, rindo homenaje a todas las mujeres que dejaron sus pueblos, a sus familias y, buscando un porvenir mejor, se instalaron en las capitales y allí crearon una nueva vida.
De esta forma, rindo también homenaje a mis Mujeres de hojalata, en la que todas estamos representadas.