miércoles, 3 de marzo de 2021

 

Decidí sentarme al lado del ilustre Juan Ramón Jiménez, a ver si me ayudaba a concretar las influencias que inciden en los motivo de compra de los clientes. En "No algo para vender", dedico un capítulo a este asunto pero es bueno repasarlo de vez en cuando.  El sexo del cliente, la edad, su educación su gusto, sus costumbre, la moda en cada caso, entre otros, imprimen carácter a los motivos de compra. Un niño obviamente desea cosas distintas a las que prefieren sus padres. Los amantes de la lectura buscan libros y pueden pasarse una tarde ojeando estantes en una librería,  mientras que los deportistas se pírrian por los artículos que les permiten realizar su afición con más soltura, seguridad, belleza. Hay mujeres que se gastarían medio sueldo en productos de estética y vestuario, mientras que otras prefieren un homenaje gastronómico y así sucesivamente. Uno se compra un automóvil porque desea disponer de un medio rápido y cómodo de transporte mientras que otra persona busca el modelo que le aporte status y diferenciación. Y ahí entra la pericia del vendedor excelente, en reconocer con rapidez y acierto, lo que debe ofrecer a cada cliente. Y no me queda otra que repetir mi frase preferida que se resume en: escuchar y preguntar. 

Y después de soltarle toda esta parrafada a mi compañero de banco, le di las gracias por escucharme sin interrumpirme una sola vez y con "saludos a Platero", me despedí hasta otro día. 


Cada persona tiene motivos de compra diferentes

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