miércoles, 13 de abril de 2016

Primero el cliente, luego, el cliente y después el cliente.

Cuando cambiamos nuestros pensamientos, cambia nuestro mundo. 

Dejemos de repetir "esto cada vez va peor" "no sé dónde vamos a llegar" ¿A donde quieres llegar con pensamientos tan destructivos? ¿a convertirlos en realidad día tras día? 

Siempre hay una oportunidad, una luz por la que guiarnos. Empieza por conocer a tus clientes mejor que lo hacen tus competidores. Pídelos feedback: ¿qué funciona, qué desagrada al cliente, qué espera de ti?  Haz los cambios necesarios y confía. Parece sencillo, no te engañes, es una tarea que dura la vida entera. Se llama querer mejorar constantemente. 

Buena semana para todos. 

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