miércoles, 9 de septiembre de 2015

Recorrer El Camino Ya Es Ganar




"Lo hermoso de ganar es el camino recorrido", leí hace días y me quedé con la frase porque me vino a la memoria mi solitario paseo por el Camino hacia la Puerta del Sol, en Machu Pichu, Sentí que allí tenía una cita y a ese sitio me encaminé. 

Pero no es de esa preciosa experiencia de lo que hoy quiero escribir. Hoy quiero compartir con todos los lectores de mi blog un aprendizaje que me ha llenado de satisfacción. Va de Fe, de Superación, de Voluntad y Convencimiento y, aunque aparentemente nada tiene que ver con las ventas, me ha hecho reflexionar y hacerme algunas preguntas,  pero vamos al comienzo. 

Veréis, tengo un jardín chiquito y muy coqueto, en el que dibujé, a base de pequeñas piedras blancas, círculos, senderos y el símbolo de la Libertad,todo ello entre las flores plantadas y corteza sobre la tierra en lugar de césped. Muy lindo y original si no fuera porque los gatos del pueblo deciden que es súper divertido rascar sobre la corteza y ensuciarme con ella mis caminos de piedras blancas. 

Un día, mientras paseaba por el campo, vi los sembrados repletos de piedras de río y me dije: con esas piedras podría hacer una especie de pequeño muro entre piedrecitas blancas y corteza y así evitaría que los gatos desdibujen cada día el jardín. Comencé por coger dos piedras medianas cada tarde, me venían bien para fortalecer los brazos mientras regresaba a mi casa. Calculé que necesitaría unos cuantos centenares de piedras pero la cuestión era empezar.

Cuando coloqué las primeras supe que si lo conseguía, solucionaría mi problema, así que seguí llevando dos piedras cada tarde hasta que unos días después me dije: ¿y por qué no traer la mochila y llenarla? Lo hice, cabían entre siete y nueve piedras, pero molestaban en la espalda y además iba a estropear la preciosa mochila regalo de mi amiga Esther. Lo cambié por bolsas de plástico fuerte pero se rompían. Volví a las dos o tres piedras diarias y sentí que esa forma de trabajar significaba un retroceso. Tocaba pensar, modernizarse, poner en práctica otras opciones. Creía en mi proyecto, sabía que era posible, requería mucho esfuerzo y paciencia pero a la larga aportaría belleza y limpieza al jardín. Merecía la pena conseguirlo.

¡Mi coche!, la solución estaba en llenar el coche de piedras y hacer cuantos viajes fueran necesarios, hasta que el muro estuviera terminado. Eso llevaba consigo preparar la tapicería y las alfombrillas de manera que no sufrieran deterioro alguno, para que con una limpieza a fondo volviera a ser mi coche. 

¡Ayer lo acabé! ¿Os imagináis la satisfacción que sentí? Me había costado muchas horas de trabajo,  algunas uñas rotas, y bastante cansancio pero ¡lo había conseguido!

Y esta mañana, mirándolo todo limpio, sin destrozos gatunos he pensado que gran parte de nuestro éxito radica en confiar plenamente en nuestro proyecto. El trabajo dependía de mi voluntad, y de mi capacidad para ir buscando las mejores piedras y los métodos de trabajo más apropiados para lograr mi meta. Tuve paciencia,  fe en mis posibilidades y lo conseguí. 

¿Hay alguna diferencia con las ventas? Feliz miércoles. 


Foto: Machu Pichu, Camino a la Puerta del Sol, - Autor: Jesús Trello.

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