lunes, 3 de febrero de 2014

Todo No Vale


¿Has visto la película "El lobo de Wall Street"? Una interpretación sin duda de Oscar para Di Caprio, en una película que para mi le sobra una hora .

Hay voces que en lugar de señalar a Jordan Belfort como el verdadero lobo, se inclinan por Carl Icahn,  el empresario que quiere quedarse con Apple. 

Aquí de lo quiero dejar constancia es de la depravación que sufren los protagonistas de la película por su afán, incontrolable de riqueza y poder. El sexo y las drogas o viceversa, se convierten en los motores de la empresa dirigida por Belfort hasta la barbarie, hasta la pérdida absoluta de los valores morales más elementales. 

Mientras veía la película pensaba que siempre el vendedor está ligado al "vividor" y que para mí sigue siendo falso porque también hay grandes triunfadores que no abusan de la cocaína ni de las pastillas ni hacen en sus centros de trabajo verdaderas orgías.

Negar la capacidad de liderazgo del protagonista, sería absurdo, sus dotes naturales como comunicador, siguen siendo excepcionales a sus cincuenta y cuatro años, después de pasar unos cuantos en la cárcel. Es un spin doctor (asesor financiero y de comunicación), de lujo y sin duda fue un brokers ambicioso e inteligente. 

Niego que venta y engaño sean primos hermanos. Niego que a los verdaderos y profesionales vendedores sólo les importe ganar dinero. Niego que se pueda vender con la certeza de sacar los cuartos a los clientes, cuántos más mejor, y llevarlos directamente a nuestros bolsillos. Todo ello no refleja el día a día de la mayoría de los profesionales comerciales, financieros y empresariales. 

Por tanto, un diez a Di Caprio por la interpretación, otro para Scorsese como director, pero a nivel empresarial, aunque ganara un millón diario, Jordan Belfort para mí no es un ejemplo a seguir. Al contrario, es absolutamente lo opuesto a lo que yo valoro y admiro.   

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