¿Tienes una meta? Entonces es el momento de comenzar a definir tu proyecto. Para ello lo primero es conocer con exactitud lo que quieres alcanzar ¡es tu objetivo, no el de otro! Por tanto, no divagues ni generalices, céntrate en lo que realmente quieres y evita ponerte metas que dependan demasiado de elementos externos. Luego, implícate y utiliza frases que empiecen por yo.
Tu meta debe adecuarse a tus conocimientos, personalidad y aspiraciones. Analiza lo que necesitas en términos de recursos y tiempo. Sopesa los riesgos, evalúa los pros y los contras, los eventuales sacrificios y luego, ¡ve a por ello, porque te pertenece!
Divide tu objetivo en diversas etapas, lo tienes que ver claramente para convertirlo en realidad, Rectifica cuando sea necesario y ¡sigue creyendo en tu meta y en ti!
Escenifica tu proyecto, visualiza y recrea lo conseguido y lo que podrás sentir cuando alcances tu meta y sobretodo ¡Imagínate consiguiendo lo que tú quieres!
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