jueves, 14 de febrero de 2013

Errores Frecuentes


Ayer, por primera vez, jugué al parchís con mi nieto mayor que tiene 6 años y perdí.

No me dejé ganar ni mucho menos pero cometí varios errores imperdonables en un comercial. Yo, que repito hasta aburrir que nadie elige el juego al que le toca jugar en la vida pero que todos somos totalmente libres de mover las fichas como nuestro corazón y nuestra mente nos indiquen, cometí el error de creerme ganadora a los dos minutos de empezar. 

"Qué mal juega este niño, pensé" ¿sabéis por qué pensé eso? porque no tuve en cuenta que hay muchas realidades y formas de jugar al parchís, de vivir, de vender. Él no jugaba como yo pensaba que tenía que hacerlo y decidí que jugaba mal. 

Le tenía ganado, mis fichas estaban perfectamente colocadas para comer las suyas, en cuanto pasaran por mi casilla: dos en guardia, dos avanzando, como se debe hacer en cualquier gestión comercial, pero... me faltó adivinar o al menos intuir lo que él pensaba o quería hacer. Tuvo más paciencia que yo, aguantó esperando, moviendo una sola ficha y cuando creía que el juego era mío, va el muy desagradecido (digo esto porque cometí otro error: considerarme superior a mi rival y darle alguna ventaja). Tan segura estaba de que iba a ganarle en cinco minutos, que me permití aceptar una tirada defectuosa y una jugada irregular. 

Vergüenza me da reconocerlo, cuando en mis cursos siempre insisto en que no hay competencia pequeña, y así lo creo, a la competencia y a los rivales nunca se les puede dar ventaja. Si lo hacemos, antes o después terminamos pagando nuestro exceso de confianza injustificada. 

En resumen, que el dado se alió con mi niño en un par de ocasiones, como nos sucede en la vida con las circunstancias positivas y negativas y me comió una ficha, que me dejó tocada, con poca capacidad de reacción, pero ya la segunda..., no me lo podía creer ¡si estaban perfectamente colocadas!, si yo jugaba mejor que él, pero, la victoria fue suya. Como esos pedidos que nos quitan cuando ya cantamos victoria, cuando creemos que los tenemos en el bolsillo sin que el cliente haya firmado el contrato o entregado una cantidad a cuenta. 

Fue una lección magistral de ventas. 


3 comentarios:

  1. Nadie elige el juego al que le toca jugar en la vida pero que todos somos totalmente libres de mover las fichas como nuestro corazón y nuestra mente nos indiquen..maravillosa frase para recordar!!

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  2. Mi experiencia de vida me ha demostrado que siempre es así e incluso, Ángela, me atrevería a decirte que de nuestra decisión depende alcanzar lo que llamamos felicidad.

    Si aún no eres seguidora del blog, me harías un favor siéndolo porque personas como tú elevan la categoría de estas páginas. Gracias.

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  3. Hola Eloísa,me llamo Bárbara,estoy empezando a trabajar de esteticista y la verdad es que el tema ventas no es mi punto fuerte,de hecho solo he conseguido vender 2 cremas en 6 meses que llevo trabajando,y para vender tratamientos o una simple y baratilla parafina ya ni te cuento,es desilusionante,porque yo tengo muchas ganas pero no cierro una venta,ni siquiera sé si lo estoy haciendo bien.Entonces es aquí donde surge mi necesidad imperiosa de una ayuda para resolver mi situación,ya no solo porque necesite el dinero,(que es un punto muy necesario)sino porque necesito demostrarme a mi misma que soy capaz de conseguirlo,y donde justo te he encontrado para,humildemente pedirte consejo,asesoramiento,o una simple orientación a lo que debo hacer para resolver este problema.Te agradecería de todo corazón me dieses un norte.Un saludo.

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