En ventas, los aciertos se convierten en prestigio y billetes en nuestro bolsillo y los errores, en una losa que cuesta mucho esfuerzo y trabajo quitarse de encima. Los clientes, por regla general, esperan de los vendedores que les visitan que se hagan cargo de sus problemas y les den rápida solución al más mínimo contratiempo. Por eso, cuando surge la incidencia, el malentendido o el descontento, al cliente se le suele olvidar de inmediato las veces que ese vendedor duplicó su horario de trabajo por tenerle atendido, busco las mejores opciones para ofrecérselas a él o le aportó una información muy rentable para su negocio.
Cincuenta aciertos tiene menos peso en la balanza que un solo error. Y si éste no se soluciona a gusto del cliente, puede, incluso, costar al vendedor su pérdida. Sé que es injusto pero también real.
Una trayectoria profesional se realiza día a día y pobre del comercial que piense que lo que hizo el año pasado, no hace falta ir tal lejos, el mes pasado, le puede servir de base, de sustento para el siguiente y siguiente, si actúa así, está echando a perder su carrera. El vendedor, tiene que ganar su partido en cada visita, en cada encuentro porque, si empata, se va a su casa con poca ganancia y si pierde, resta y eso en ventas siempre es muy negativo.
Buena y exitosa semana a todos mis compañeros de profesión,
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