miércoles, 31 de octubre de 2012

Cuando Todo Va Mal



Cuando todo parece que va mal, lo peor que podemos hacer es olvidarnos de pensar por nosotros mismos y dejarnos llevar por la inercia general de "todo está muy mal" "esto no tiene solución".

La crisis ha vapuleado la estabilidad de muchas empresas y de gran número de trabajadores, lo sabemos, está ahí, sólo hay que observar, analizar y escuchar para comprobarlo pero, hay algo que llama soberanamente la atención, o al menos a mí me hace cavilar.

Decimos que lo único que le importa al consumidor es el precio, que sólo mira lo barato, que no le interesa la calidad, al menos eso es lo que a mí me transmiten muchos clientes a diario. Sin embargo, cuando me doy una vuelta por Madrid, observo que las tiendas con más público son las más bonitas, llamativas, modernas, rompedoras, distintas, las tiendas, por llamarlas de alguna manera, creativas. ¿Y qué decir de otros servicios, por ejemplo restaurantes? Con la bajada de los precios de los menús, también ha disminuido la calidad en algunos de ellos y siguen vacíos, a punto de cerrar. Ahora bien, que se ponga un restaurante de moda, como el que me viene en estos momentos a la mente, que no importará los 100 euros por cubierto con un vino normalito, es la moda, ahí es donde van los súper conocidos y allí tiene que almorzar o cenar todo el que se precie. Esto sucede hasta tal punto que en la calle están los coches en doble fila, entorpeciendo el tráfico y no hay multas por aparcar mal, nada, sólo glamour y fashion. 

¿Dónde está nuestra coherencia? ¿qué somos?



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