martes, 8 de mayo de 2012

¿Te Gustan Los Productos Que Vendes?



La verdad es que hoy pensaba hablar sobre descuentos, pero al leer los comentarios de los participantes en el concurso de este mes en el blog, la contestación que Pilar da a mi pregunta  (para concursar uno de los requisitos es dar una respuesta optimista a esos vendedores que aún siguen creyendo que no valen para vender),  me ha hecho cambiar de opinión.

 ¿Es necesario que te gusten todos los productos que llevan en tu dossier para poder venderlo? Ahí dejo la pregunta, a ver si os animáis a participar, echo de menos vuestros comentarios, creo que enriquecerían este blog.

Yo opino que no, que no es necesario que te guste un producto para venderlo con profesionalidad. Si uno es vendedor, lo primero que tiene que saber es que lo importante de la venta es vender, si, ya sé que la frase puede parecer una perogrullada y que eso lo sabéis todos, pero en la práctica se nota poco porque si todos estuviéramos convencidos de ello, de que hay que vender, venderíamos mucho más y seríamos ricos y el mercado se rendiría a nuestros pies y eso, para qué negarlo, pasa en contadas ocasiones. Lo normal es que nos quejemos de los productos, de las ofertas, del servicio de nuestra empresa y en ello encontremos excusas para no vender.

¿Por qué me tendría que gustar a mí un jersey amarillo canario para poder venderlo? No encuentro la razón, hay muchísimas personas que suspiran por un jersey amarillo canario, entonces, por qué me tiene que gustar también a mí. Yo sólo voy a venderlo y a explicar que es de lana escocesa y que el estilo de cuello es cómodo y flexible, que el largo de las mangas es el adecuado para no molestar y además, a las morenas les favorece mucho.

Quizá yo nunca me pondría un jersey amarillo canario pero, ¿de verdad es una razón que no me guste para dejar de venderlo? Y me da igual hablar de una crema, que es el sector que más conozco y al que pertenecen el noventa por ciento de mis alumnos. Siempre les digo que a lo mejor esa crema fluida, o densa,  o que huele a lavanda o que tiene demasiado efecto tensor, que a ellos no les gusta, les encanta a otro tipo de personas. Sólo necesitan probarlo, olerlo, sentirlo.

El producto no tiene por qué gustarnos, eso pienso yo, sí necesitamos conocerlo a fondo, saber qué le diferencia del resto, qué beneficios físicos, económicos, sociales o psicológicos le aportará al cliente y, esos argumentos, son los que nos ayudarán a cerrar la venta y a sentirnos satisfechos sin necesidad de tener que buscar excusas. Hay tantos gustos como personas, ¿por qué lo que a mi no me gusta no tiene que gustar a los demás.

A ver si alguien me contesta y me convence de lo contrario.

2 comentarios:

  1. Hola Eloisa,
    Dicen que las casualidades no existen verdad?, el otro día estuve paseando por una tienda de libros, y suelen decir que el libro elige al lector y no al revés, yo iba buscando una cosa, y al final alargue mi mano y coji tu libro. Lo hojee en varios capítulos y me ha gustado mucho, lo tengo en cartera para leerlo este próximo mes.
    Respecto a tu post, yo diría que por experiencia personal, te tiene que gustar, pues también vendemos por pasión y si te gusta lo que haces y lo que vendes, es mucho mas fácil trasmitir esa emoción, y sintonizar.

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  2. Te gustará el libro, ya lo verás.
    En cuanto a tu segundo comentario, la pasión, que es necesaria siempre, la puedes poner en la característica del producto en cuestión que te desagrade menos o te guste más. Puse el ejemplo del amarillo canario, a lo mejor no me gusta el color pero es de una lana suave, esponjosa o tiene un cuello barco muy favorecedor, entonces, como vendedor que cree en lo que hace, realzaré estas cualidades y obviaré el color. Que sea el cliente quién decida si le gusta o no.
    Muchas gracias por estar ahí.

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