Era casi ayer cuando los clientes aún llamaban para hacer pedidos.
Entonces teníamos cientos de proyectos y la palabra crisis sonaba a menos de posibilidad. Incluso, nos encontrábamos que el exceso de trabajo de nuestros clientes a veces nos impedía concertar una entrevista.
Me refiero a esos años en los que ganar y gastar estaba a la orden del día y lo hacíamos pensando que nada iba a cambiar, que nos había tocado vivir unas décadas de bonanza y de lo que entonces considerábamos "Sociedad del Bienestar".
Hoy, después de tantos palos recibidos, después de ver pasar el Paro y afincarse en nuestro entorno, de comprobar que algunas empresas cierran mientras otras siguen manteniéndose en pie a base de acierto, innovación y echarle muchas ganas, después de saber que hay que esforzarse cada día porque no existe otro bienestar que el que cada uno es capaz de crear en su interior, pienso que el futuro será más justo e incluso más bonito de vivir porque todos habremos aprendido la importancia de los pequeños detalles y que el bienestar interno es mucho más importante que el otro, el que se compra sólo con dinero.
Ahora, cuando consumo razonablemente, lo hago con la alegría de compartir lo mío con otra persona. Sé que mi compra hace feliz al que la recibe y también por ello me siento mejor atendido. Ahora nos estamos dando cuenta de que todos nos necesitamos.
Hay que consumir lo que se pueda, hay que seguir teniendo alegría de vivir y hay que disfrutar cada instante de nuestra existencia porque es único e irrepetible. No dejemos que las noticias nos abrumen y entristezcan.
Feliz fin de semana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario